Por más irónico o contradictorio que resulte, está comprobado que
hacer ejercicios ayuda a reducir el hambre, una fórmula muy interesante para
cumplir al pie de la letra con la dieta y resistir a la tentación de querer
seguir comiendo. ¡Manos a la obra!
“Al que madruga, Dios lo ayuda”. Hacer ejercicio no es una tarea muy
fácil, especialmente si se trata del primer intento. De un momento a otro,
cambiar nuestro estilo de vida para levantarnos temprano, probar otros
alimentos nutritivos como jugos para bajar de peso (como estos www.jugosbajardepeso.org)y hacer ejercicios no suena como la mejor oferta.
Sin embargo, con entusiasmo y empeño es posible acostumbrarse al ritmo
de los ejercicios, hasta el punto de reducir la ansiedad de hambre con una
tanda de movimientos de aeróbicos. Es simple, el secreto está en canalizar
nuestra desesperación por comer en otras actividades inspiradoras.
Aunque existen muchas maneras de inspirarse mediante la poesía y la
música, no estaría de más inclinarse por una rutina de ejercicios de aeróbicos
combinada con una dosis de baile. Se trata de una fascinante herramienta para
el autocontrol y la disciplina de la dieta nutritiva, focalizando nuestra mente
y deseo en el esfuerzo físico que producen este tipo de rutinas.
A falta de tiempo y dinero para ir al gimnasio, trotar por las mañanas
y las noches es una excelente manera de acostumbrar al cuerpo al esfuerzo
físico, optando por una rutina saludable de ejercicios que se debería
complementar con una dieta balanceada y nutritiva. Sin embargo, la respuesta
del cuerpo no es la misma en todas las mujeres, algunas aquejan dolores y
sufren en adaptarse a este nuevo régimen de vida. ¿Qué hacer en estos casos?
Suele pasar que en determinadas ocasiones nuestra disposición es menor
a la de otros días. Mientras que la mayoría de días podemos correr kilómetros
enteros sin ningún inconveniente, de vez en cuando sentiremos pequeños dolores musculares
que impiden realizar nuestra ruta diaria con la misma normalidad de siempre.
Muchas veces, estos malestares pueden originarse por un simple
problema de tensión, así como el cansancio de haber tenido un día agotador. De
persistir el mismo malestar, entonces es indispensable tomar medidas
preventivas para estar en perfectas condiciones antes de partir de casa.
Lo primero que debes hacer es procurar descansar bien para un mejor
rendimiento, especialmente si estás acostumbrada a correr varios kilómetros.
Evita comer demasiado antes de salir a trotar (por lo menos debe haber un
intervalo de dos horas de reposo).
Ten cuidado con el calzado que usas para correr. En ese sentido, no se
recomienda el uso de zapatillas nuevas que podrían crear incomodidad en el pie.